Soy fan de los cigarrillos Camel desde hace tiempo. Y una de las razones por las que soy tan fan es porque desde un inicio me enamoraron con sus estrategias de marca, que implican una serie de elementos coleccionables, un diseño de arte como pocos en un producto y un derroche sin fin de creatividad.
Y justo cuando se pudo pensar que Camel ya no saldría de cajetillas diseñadas y encendedores, meten un hitazo con esta caja, que es un símobolo y preámbulo a su principal estrategia a largo plazo: Rediseño.
Los dejo con las fotos que tomé, que aunque son caseras, sabrán a lo que me refiero.
buenisiiiiiimo!!!!!
ResponderEliminarbeso!!!
Vale la pena comentar que CAMEL tiene varios años haciendo este tipo de esfuerzos en México, por lo menos aproximadamente 8 que le he seguido la pista.
ResponderEliminarReflexionando el motivo de esto, aparte de tener una estrategia de promoción personalizada más que publicidad en medios masivos (que Marlboro ya imitó desde hace años), es una propuesta muy específica para establecer presencia en la mente de los consumidores a pesar de tener una restricción legal a las campañas publicitarias de tabaco.
Desde hace muchos años, las leyes mexicanas establecieron restricciones para el manejo publicitario en tabaco y alcohol, restringiendo a ciertos horarios y contenidos todos los esfuerzos.
De forma más reciente, se intensificó la restricción y quedaron vetados los comerciales de tabaco, lo cuál no afectó a CAMEL, que mentuvo su estrategia de comunicación por otros canales, tal y como ya lo hacia.
Este tipo de cambios que generan interés en el público consumidor (y también en algunos no consumidores) son un excelente ejemplo de publicidad creativa, felicidades a la gente de CAMEL.