25 de septiembre de 2010

El cliente y el proveedor - Una fábula de Investigación de Mercados

Una mañana de verano, una persona iba rodando en bicicleta por una carretera que estaba en un pequeño, lindo y despejado paraje en medio de campos de maíz. Era un día de muy poca actividad en los dos pueblos que conectaba por lo que no parecía haber ningún tipo de tránsito en el camino. El momento era perfecto para una fotografía, pues parecía un lugar abandonado de la actividad humana y donde la naturaleza imponía su fuerza.

El día estaba despejado y se podía ver las montañas a lo lejos, y el hombre de vez en cuando se distraía un poco viendo al horizonte e imaginando cuánto tiempo tomaría llegar hasta ahí. Así fue como este ciclista vio a lo lejos, en el cielo, una figura redonda que se acercaba poco a poco.

La figura se hizo grande a medida que se acercaba y bajaba enfilado hacia el ciclista, y se podía distinguir ahora un globo aerostático de pequeño tamaño y con cabina para un solo piloto. Para entonces se había situado justo encima de la bicicleta, a unos 20 metros de altura, cuando el deportista decidió parar para averiguar qué ocurría.
Pasaron unos segundos entre que el ciclista subía la cabeza para ver y un personaje - el piloto - asomó la cabeza hacia tierra y gritó:

- Ey!! disculpa, ¿puedes ayudarme? ¿Sabes dónde me encuentro exactamente?

El ciclista se lo pensó un poco, titubeó ligeramente y, sabiéndose seguro subió la cabeza y gritó:

- Sí, sí sé dónde estás. ¡Estás situado aquí mismo, exactamente arriba de mi!

El piloto se mostró confuso al principio. Luego hizo un gesto de fastidio al entender el mensaje, movió la cabeza de un lado a otro tratando de pensar y reclamó con un tono desdeñoso:

- ¡¡Seguramente eres Investigador de Mercados!!

El comentario tomó por franca sorpresa al ciclista. ¿Cómo una persona, tan ajena a su entorno y tras haber cruzado dos líneas había declarado semejante verdad?

-¿Por qué dices eso? - preguntó el ciclista a grito. La respuesta llegó rápido:

- Eres capaz de darme una respuesta atinada, objetiva y muy exacta a mi pregunta, ¡pero no puedo hacer nada con la respuesta! ¡No fuiste capaz de entender mi problema y por lo tanto no eres de ayuda alguna!

El ciclista lo pensó un poco y arremetió:

- ¡Es un hecho que eres Gerente de Mercadotecnia!

El piloto se vio sorprendido y preguntó a qué venía tal declaración. El ciclista dijo:

- Pues no sabes dónde estás, ni sabes a dónde vas, tu confusión te lleva a preguntarte cosas que no te ayudarán, y con tu frustración estás irritando a la única persona que en este momento podría ayudarte.

La relación entre clientes y proveedores de investigación debe poder funcionar mejor que la de estos dos personajes.


Esta es una fábula que me encontré en un libro de Investigación de Mercados, y que me pareció valioso compartir. Claro que en el libro hay una explicación ligada al cuento - el capítulo que lo contiene es de Research Management -, pero sobre todo me gusta esta fábula porque la enseñanza es doble. Tanto uno como otro de los dos personajes han fallado en lo que tenían que hacer desde el inicio.

Les dejo la búsqueda de la moraleja a ustedes. Bonito sábado.

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